Maria Gurwik-Górska nació en el seno de una familia acaudalada, siendo desde pequeña una niña autoritaria y con carácter. Su padre fue un abogado judío de origen ruso que trabajaba para una comercializadora francesa, llamado Boris Gurwik-Górski, y su madre era Malwina Dekler, una socialité polaca.
Fue la segunda de tres hijos y asistió a un internado en Lausana, Suiza. En 1910 pinta un retrato de su hermana, el cual sería su primer trabajo. María pasó el invierno de 1911 con su abuela en Italia, viaje en el que descubre su pasión por el arte.
En 1912 sus padres se divorcian y María se muda a San Petersburgo, Rusia, con su tía Stefa, una mujer bien acomodada en la sociedad rusa. Cuando su madre se casa por segunda vez, ella decide vivir por su propia cuenta y pronto encuentra al hombre con el que se casaría. Gracias a los contactos de su tío, conoce al abogado polaco Tadeusz Łempicki (1888-1951) en 1916 y contrae nupcias con él en San Petersburgo, llevando una vida lujosa hasta que estalló la revolución de octubre de 1917.
Tadeusz fue encarcelado por los bolcheviques y María tuvo que buscarlo en varias cárceles. Con la ayuda del cónsul sueco logra sacarlo de prisión para trasladarse a Copenhague. Posteriormente se mudaron a Londres y finalmente a París, a donde también la familia de María escapó.
En 1923 se establecen en París, donde nació su única hija, Kizette. Tamara, ya con un nuevo nombre y en calidad de refugiada, tomó clases de pintura con Maurice Denis en la Académie Ranson y con André Lhote en la Académie de la Grande Chaumière, quienes influenciaron en su trabajo. Su estilo, que a menudo se identifica como "cubismo suave", empezó a cobrar popularidad a partir de 1922, año en que empezó a exhibir su trabajo, aunque no aparecía como mujer en los catálogos.
En 1925 presentó su primera exposición en Milán, Italia, bajo su propio nombre, apoyada por el Conde Emmanuele Castelbarco. Para ello, Lempicka pintó 28 trabajos nuevos en seis meses, un esfuerzo supremo considerando que cada retrato le tomaba cerca de tres semanas de trabajo.
En 1927, su cuadro Kizette en el balcón la hace acreedora de su primer premio, un diploma de honor en la Exposición Internacional de Burdeos. En 1929 se divorcia de Tadeusz y es en ese año que pinta uno de sus trabajos más famosos, Autorretrato en un Bugatti verde. En esta obra, Tamara de Lempicka recuerda la trágica muerte de la bailarina estadounidense Isadora Duncan, quien murió estrangulada en 1927, cuando su largo chal se enreda en una de las ruedas posteriores de su Bugatti.
Ese mismo año conoce al barón húngaro Raoul Kuffner de Diószegh (1886-1961), un coleccionista de su obra con quien viaja a Estados Unidos. En 1933, Tamara acepta casarse con el barón, aunque no oculta su orientación bisexual. Al poco tiempo, se hace famosa entre la burguesía neoyorquina y expone en varias galerías estadounidenses y europeas. En 1933 viaja temporalmente a Chicago, donde trabaja con Willem de Kooning y Georgia O'Keeffe. En 1938, se van a vivir a Beverly Hills, California.
En 1941, Kizette escapa de París bajo ocupación nazi y se va a vivir con su madre a Estados Unidos, donde rehace su vida. En 1960, Tamara cambia de estilo, pasándose al abstraccionismo. En 1962 muere su esposo y en 1978 ella decide mudarse a Cuernavaca, México.
El 18 de marzo de 1980, Tamara de Lempicka muere en Cuernavaca mientras dormía. Kizette, complaciendo el sueño de su madre, acompañada del escultor mexicano Víctor Manuel Contreras (heredero de gran cantidad de las obras de la pintora), subió a un helicóptero y arrojó las cenizas de Tamara en el cráter del volcán Popocatépetl.
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